Desde hace unos años suelo visitar el Museo de Alcobendas a menudo, en esta ocasión ha pasado poco más de medio año desde la última vez. Fue con motivo del VII MBA 2014, para recordar dicho evento
pincha aquí...
Digo que Alcobendas es otra historia porque al entrar por primera vez al Museo te cambia totalmente los esquemas de lo que es el bonsái. Es bastante frecuente oír entre aficionados, reconozco que yo también lo he pensado y dicho en ocasiones que viendo estos árboles "te da la depre al volver a casa". Quizás haya que cambiar el chip para que la visita al museo no te cause tal depresión y enfocarlo desde el punto de vista de intentar comprender el verdadero bonsai, sin artificios y con naturalidad.
Algo que he aprendido en estos años de visitas al museo es apreciar en los árboles los que los japones llaman Wabi Sabi, la belleza de lo antiguo, de la imperfección. Como no soy ningún experto para hablar de este tema y para no liar la madeja hablaré en castellano, vejez, estos árboles muestran la vejez. Esto se aprecia en las maderas muertas, los nebaris, las cortezas agrietadas y craqueladas de los pinos, las cortezas plateadas y agrietadas de arces japoneses, en las ramificaciones ya posicionadas sin necesidad de alambres.
Esto no es fácil de ver en colecciones de bonsái fuera de Japón por eso creo que el Museo debe ser visita obligada a todo aficionado a este arte.
Durante la visita de hoy he tomado muchas fotos, por ello tendré que hacer un par de entradas para publicarlas todas.
En la entrada de hoy pondré fotos de los detalles que a veces se nos escapan a causa de la borrachera visual que nos causa la contemplación de árboles de esta categoría. Por detalles me refiero a macetas, nebaris, maderas muertas, ramificaciones perfectamente posicionadas, etc etc...
Estos son los detalles, espero que sean del agrado de los que visiteis el blog